Viernes 27 de mayo tenía lugar en el Cafè del Teatre uno de los que será de los mejores conciertos del año: Nuevo Catecismo Católico, la reputada banda donostiarra, pasaba por Lleida en su gira de celebración de su trigésimo aniversario, uno de los eventos que ningún amante del punkrock y el rocknroll en general se podía perder. La apertura de la noche iba a cargo de Kanamitas, grupo de punkrock de Barcelona, que en 2020 sacó su primer EP. Se trata de un grupo con carácter propio, con una temática centrada en aliens, el terror y la serie B. Arrancaron con Plan de Salvación y la Zona Muerta, ambos de su nuevo EP y continuaron con otros temas de su repertorio, como Corredor de fondo y Como insectos. Para nuestra sorpresa, aún había poca gente en la sala. No obstante, poco a poco fue acudiendo el público que faltaba. Volvieron a sonar temas de su primer EP, lleno de referencias cinéfilas, como Pozo sin fin, una de las canciones de este primer material que tocaron en directo. A continuación, sonó Atrapado por el Televisor, seguido por Caparazón. Ya se acercaban al final cuando tocaron Primer Movimiento, el tema que abre el EP. Cerraron, finalmente, con Sin Perdón, haciendo referencia al famoso film de Clint Eastwood. La caña que dieron Kanamitas sobre el escenario dejó al público encandilado para lo que venía después.

Nuevo Catecismo Católico empezaron poniendo toda la carne sobre el asador con Aquí Llega Dios, que abría su primer LP homónimo, al que siguió La Huida, de aquel Split que grabaron hace años con Safety Pins. Los cinco miembros de la banda desplegaron su potente y descomunal sonido, para disfrute del público, que había crecido respecto al inicio, aunque seguía siendo menos del esperado (parroquia punk de Lleida, nos fallasteis).
Se ha de señalar la falta del guitarrista original del grupo, Arturo Ibáñez, aunque su substituto le suplió a la perfección, dando muestra de un dominio del instrumento y de saberse todos los temas. Siguieron con Queremos la Verdad, uno de los singles que el grupo se marcó el año pasado y que hacen vibrar las salas por las que pasan, y Kiss of The Rat, versión de The Gizmos, cara B de uno de estos nuevos singles que hemos mencionado. Continuaron con dos temas de su último LP, 1530 segundos de Nuevo Catecismo Católico: Noise Noise y Mezclando Mis Problemas con Alcohol. Después vino No Soy un Criminal, de su LP Generación Perdida, y Rock a la Radio, del single que compartieron el año pasado con Kurt Baker, tema pegadizo que entra genial en los directos.

Continuaron Con Tú y Yo Podemos Comprenderlo de su álbum Aún No Habéis Visto Nada y Prefiero Estar en el Suelo, que para nosotros es uno de sus temas que entra en el Top 10 del grupo. Genial poder verlo interpretado en directo. Quarentine Blues –la siguiente canción que tocaron- pertenece al single compartido con Kurt Baker que hemos mencionado antes. Con Incontrolable volvieron al sonido duro que tanto les caracteriza, seguido de En Llamas.
En las primeras filas, mientras tanto, se notaba la emoción de poder ver a esta gran banda en directo. Tras tocar Odio la Velocidad se bajaron del escenario, al que volvieron para interpretar unos dos últimos temas: Detrás de tu Mirada y Soy un Aberrante, que el público disfrutó con creces. No obstante, todo lo bueno se acaba y allí terminó su actuación, aunque los asistentes pidieran más. Y no es de extrañar: Nuevo Catecismo Católico ha sabido dar una gran e inigualable calidad –de lo mejor del panorama en el punkrock penínsular desde los noventa- a todo lo que han publicado. Podrían haber tocado una hora más y aún se hubieran dejado grandes temas, como Quizás No Haya Mañana o Krazy Kids, que echamos de menos. Pero, como hemos dicho, si hay algo que tienen los donostiarras son temas de sobras para agitar el público. Para nosotros es uno de los conciertos memorables y no tenemos palabras para describir lo que nos ha generado poder verlos en Lleida por primera vez. A los que no estabais, no sabéis lo que os perdisteis.

crónica by @acratacappon de @fuegoenlapistadebaile
photos by @piratallucifer – Oriol Cárceles