El concierto del  jueves doce de julio, fue posiblemente el cierre de temporada punkrocker en nuestra ciudad. Para ello, pudimos ver dos bandas más que interesantes: se tratan de Simulacro, de Barcelona, y Shöck, de Bilbao, que aseguraban que un punkrock auténtico, tanto en sonido como en actitud.

Simulacro ya habían venido por nuestras tierras. Los vimos en el Matadero Punk, cuando solo habían sacado una maqueta. Ahora con un LP –muy recomendable, por cierto- a sus espaldas, volvieron a Ponent a poner sobre el escenario su sonido cañero, que entusiasmó al público presente. Empezaron con Mil derrotas, tema que abre el disco. El cuarteto barcelonés hizo un repaso a su repertorio, mezcla de punk rock con toques de punk oscuro: Surt Foc, Inocente, Rutina Diaria… Destaca La Llamada de la muerte, cantada por Alejo, guitarrista (también toca en Eskupe, entro otros…) y Equivocado, versión de La Uvi, con la que cerraron el concierto. Es un lujo poder escuchar a bandas como Simulacro en directo. ¡Esperamos volver a verlos en el Adictes Fest!

Shöck completó la noche con un punk más rocknrollero, derrochando una gran energía, que sin duda lograron contagiar al público. Ya desde el principio demostraron qué eran capaces de hacer: con Mundanal Ruido, dedicado a un activista anarcopunk y vegano de Euskal Herria ya desaparecido, la banda bilbaína mostró toda su pericia. Continuaron con más tralla en canciones como Sexta Extinción, Holocausto o Devadasi, además de unas versiones de Misfits y Clash que emocionaron a un público ya de por sí enloquecido. Finalmente, acabaron con la magnífica La Trampa y la Fábrica de los suicidas. Sin lugar a dudas fue una buena noche de punk rock, que deja alto el listón hasta setiembre.

Crónica by @enlatrincherafm