Descubrir algo delicado, frágil y emocionante forma parte de nuestras vidas, si se añade algún componente que nos es familiar genera aún más sensaciones y cierta parte de placer. Eso sucedió el jueves 5 de Abril en un Cafè del Teatre abarrotado para cerrar la edición más ‘openminded‘ del Festival Músiques Disperses.

Lo que estaba programado como concierto que arrancaba dicho festival, acabó siendo un cierre con excelente sabor de boca y tampoco afectó a los que querían descubrir o ya sabían porque ‘45 cerebros y 1 corazón‘ es un excelente trabajo y un perfectísimo directo.

La ecuación matemática emocional es perfecta, recuerdos en forma de canciones olvidadas, sensaciones acústicas que se fusionan y entrelazan con ejecuciones pluscuamperfectas y sobretodo la sensación que el álbum que presentaban nace de una ejecución en directo previa.
La gente si sabe el poder que tiene al apreciar la belleza del recuerdo y como cristaliza. Y no nos tiene que extrañar que la sala estuviera llena, ni que el trabajo – que les deja el listón muy alto – editado haya cosechado tanto reconocimiento popular y especializado.

A la dulce, quebrada voz de Maria Arnal, se suma un guitarra que transita entre los sonidos más grunge y más granadinos con mezclas imposibles, sin olvidarse de un tercer músico que está a los controles de sonido de la mesa de mezclas y que empaqueta de excelente manera el directo que se transformó en disco.
Un mar de sensaciones que no deja indiferente y que sorprende sin duda alguna

Fotos by: @LoGallCar (MinimRadio/iPOPfm) Crónica by:@ipopfm