Después de disfrutar de un viernes de animación y música donde la atención mediática se centró en la presencia de Femin Muguruza y su trabajo ‘Black Is Beltza’ la noche cayó en el festival y se centró en los cortos y la música.

En el Caixaforun de Lleida se proyectaron varios cortos  con diferentes estilos de animación, un abanico de estilos dónde nos demuestran que nuestra inicial percepción de lo que significa animación se queda corta. Y no sólo a la rama artística en cuanto animación nos referimos, pues también a guiones y narrativas o no, porque al final la animación nos permite explorar más allá de lo que la realidad permite, y eso dota a los artistas para romper un poco las reglas de lo que se considera “preestablecido”. Con piezas de videoarte al ritmo de la música, figuras que hipnotizan y te atrapan. Cortos surrealistas, otros con duras historias detrás como el Alzheimer, o vivir el amor dentro de una prisión. Y aunque sean piezas internacionales siempre hay sitio para algún toque de humor, en el que todos los presentes en la sala nos hicimos cómplices en ese instante. Y esta es una de las ventajas que tiene el hecho de poder hacer estas pequeñas recopilaciones de cortos de diferentes culturas, países, gente, y al final arte, que tanto nos enriquece a los espectadores.

En el Cafè del Teatre de Lleida continuaron los cortos y la actuación musical del colectivo Ponent Roots que además tubo la sorpresa de la pequeña actuación de Fermín Muguruza al micro. Concluyendo así un día de intensas emociones

Esta mañana hemos podido disfrutar de el almuerzo con los artistas, que junta a los profesionales y creadores con los artistas que están en el Festival posteriormente la conferencia de Milen Alenpijevic que ha explicado las experiencias al juntar  jazz y la animación.