El domingo 27 de noviembre tenía lugar el cierre del festival Jazz Tardor, que, como cada año, ofrece al público de Ponent una serie de geniales conciertos que hacen delicias de los seguidores del jazz y el público en general. El evento del domingo fue una prueba de ello, y no es para menos, ya que el último día del festival lo protagonizaban Dani Nel·lo y los Saxofonistas Salvajes, un proyecto en el que veterano saxofonista barcelonés reivindica los sonidos de este instrumento musical, imprescindible en el rhythm and blues y el rock n’ roll. Nel·lo, junto con sus compañeros de formación, consiguieron que se llenase el Cafè del Teatre el domingo por la tarde… No importa qué día de la semana es si se trata de bailar al son del alocado ritmo de las guitarras de Héctor Martín y Dani Baraldés, al que ya conocemos de The Tonics, de los que también forma part el batería Anton Jarl. Ambos, a su vez, también están con Nel·lo en Mambo Jambo. Completan la formación Matías Míguez al bajo, Albert Sabater como percusionista, Pere Miró al saxofón barítono y, como no, el mismo Nel·lo.








Ya desde el principio, la banda empezó con fuerza y con los primeros temas ya se veía a gente bailar tras las filas de mesas que ocupaban la parte de delante del escenario. No obstante, no solo ritmo y agitación se puede encontrar en los conciertos de los Saxofonistas Salvajes: Nel·lo mismo nos va introduciendo a sus temas, haciendo un repaso a la historia del rhythm and blues y el primer rocknroll, de los años cincuenta y sesenta, con el saxofón como eje conductor. Así, dio a conocer el autor original de Embryo, tema de 1947: Illinois Jacquet. Estas lecciones son de agradecer: con ellas uno se va moviendo por la geografía de Estados Unidos y sitúan a los neófitos -y no tan neófitos- de la música negra en el ABC del rhythm and blues, pero sabiendo combinarlas con el buen saber hacer del grupo y su música, que atrapa al público. Eso lo demostraron a la perfección con el hipnótico Sands Of Sahara, original de Lynn Hope, un imprescindible en el repertorio de los Saxofonistas Salvajes.













Los temas seguían sonando, uno tras otro, mientras la emoción del público iba en aumento. Un momento crucial en el concierto fue cuando interpretaron Mercy, Mercy, Mercy, de Cannonball Adderley y escrita por Joe Zawinul, seguida de un homenaje a la llegada del rhythm and blues a Jamaica, donde aquellos sonidos de saxofón cautivaron a músicos como Thomas McCook, Roland Alphonso o Lester Sterling. Por ello, tocaron el Tenderly de Lynn Hope a un ritmo skatalítico, que consiguió agitar toda la sala. Llegados a este punto, el ambiente no decayó durante lo que quedaba de concierto, yendo a más a cada canción. En las filas de atrás el baile era imparable e incluso el público de las mesas de delante se levantó cuando Nel·lo bajó a la pista. Poco después cerraron con Shoestring (zarpazo o esgarrapada, en castellano y catalán, respectivamente), dejando a todos los asistentes un genial sabor de boca después de un repaso enciclopédico por el rhythm and blues. Docere et delectare, como lo llaman, y para ello qué mejor que dejar que lo haga Dani Nel·lo y los suyos, que son garantía de calidad.
crónica by @acratacappont – @fuegobaile
Photos by Oriol Cárceles – @piratallucifer