El viernes 11 de noviembre, tras el éxito del día anterior con Queralt Lahoz en el Cafè del Teatre, tenía lugar la segunda noche del Ponent Roots, con dos grupos que eran una apuesta segura: The Uppertones y Skatalà. Normalmente, los conciertos del viernes en la Sala Cotton Club eran el plato fuerte del festival, en los que habíamos podido ver a grandes grupos nacionales e internacionales, pero lamentablemente desde 2019 no se habían celebrado debido a la pandemia. Este año tocaba recuperar la tradición de poner la Cotton patas arriba con estos dos grandes grupos y ya antes de entrar se podía ver que el llenazo era casi total: el parking casi abarrotado de coches era una muestra de la buena recepción de este concierto y la respuesta del público.
















The Uppertones, que empezaron a las once, no son desconocidos en Lleida: ya formaron parte del cartel del Ponent Roots en 2016 y editaron con Edu y Uri, los artífices del festival, el concierto y el sello discográfico que llevan el mismo nombre, un single que nutre las colecciones de aficionado a la música negra, entre los cuales nos contamos. Tras cuatro años sin verlos (actuaron en el Jazz Tardor de 2018), ya tocaba volver a disfrutar de este genial trío italiano con un sonido elegante, estiloso y muy bien cuidado. Abrieron con Here’s The Uppertones, como forma de presentación. Poco después sonaba Walking, de su último álbum, centrado en versiones. Su fórmula es sencilla, pero magistralmente conseguida: piano, batería y un cantante que alterna la voz con el trombón. Solo con eso nos consiguen llevar a los años cincuenta y sesenta, a los años del swing, el rhythm and blues, los crooners y los inicios del blue beat. Con Reet Petite dejaron ir todo el ritmo y esos pegadizos “Uoooo” de los coros aún resuenan en nuestra cabeza. En la parte de delante, donde costaba abrirse paso, los bailoteos eran constantes. Siguieron repasando su último álbum, Easy Snapping, con Bueno Sera y Got My Mojo Working, clásico a todo ritmo donde los haya. Con Angelina volvieron a temas anteriores y evidentemente no pudieron faltar Closer To The Bone, una de las grandes canciones de la banda, ni Ei Cumpari, el single que editaron con Ponent Roots. Con Oh What a Night fueron cerrando su actuación, que acabó con This Is The Uppertones.














Tras media hora con el sound system Rebelmadiaq entre concierto y concierto, le llegó el turno a Skatalà. No hace falta decir que se trata de unas leyendas que introdujeron el ska en Catalunya y que, por ello, el concierto iba a ser movido sí o sí. Tras una introducción musical, comenzó la fiesta. Canciones como Rastablanc hicieron que la sala Cotton se moviese a ritmo del ska, punk y Oi! del grupo barcelonés. De Jamaica a Budapest mismamente hace bailar a cualquiera, pero si hay algo que caracteriza a Skatalà es no solo la diversión, sino también la reivindicación: tras un discurso marcadamente antifascista se lanzaron con Oh! Vell Barrabàs, uno de sus temas más memorables y recordados. Ya hacia el final del concierto encendieron al público con una versión del Guns of Navarone y tuvieron un recuerdo para Lluís “Pogos” Vich, uno de los primeros redskins, que justo ese día hacían cuatro años de su muerte. Como explosión final, Llunàtics fue un colofón con el que cerrar el concierto.
crónica by @acratacappont – @fuegobaile
photos by Oriol Cárceles – @piratallucifer