Abril de 2020. El Adictes Fest está al caer, con un gran cartel de nueve grupos en una noche. Hay ganas, ya que la última edición se celebró en septiembre de 2018, con el 2019 entre medio en el que no se hizo. Es decir, más de un año y seis meses esperando poder volver a ir a Tàrrega para asistir a un gran concierto, con muchas horas seguidas de punkrock. Finalmente, la pandemia nos dejó con las ganas y el día 4 de abril por la noche todos estábamos en nuestras casas pensando en lo bien que nos lo esteraríamos pasando de no ser por la pandemia. La nueva fecha propuesta fue para octubre de ese mismo año, no obstante, las medidas anti-covid tampoco permitieron que el Adictes Fest pudiera llevarse a cabo. Pero a la tercera va la vencida y finalmente se pudo celebrar con el tercer aplazamiento de fecha, a este pasado sábado 13 de noviembre. Aunque se cayeron del cartel Disidencia y La Élite –una pena, nos hubiera gustado verlos jugar en casa-, el total de grupos que venía era más que interesante.
La jornada la abrían Ratpenades y Demofobia, pero por compromisos que teníamos en Lleida llegamos tarde. Sí pudimos llegar a tiempo, por suerte, para ver a Eskupe. Desde el cierre del Matadero Punk que no habíamos visto a esta veterana banda de Barcelona en directo y había ganas. Con un nuevo álbum entre medio, Alien Nación, Eskupe interpretó temas viejos y nuevos, algunos hechos hace ya veinte años, pero de rabiosa actualidad, como Águilas Negras. Las primeras filas ya estaban muy encendidas, pese a solo ser las cinco de la tarde. Y no es para menos, porque el siguiente grupo en tocar también era de asistencia obligada: Vómito, con Claus Groten al frente, ya tocó en la anterior edición del festival, generando el mismo interés entre el público que en el actual Adictes: el público pudo escuchar temas clásicos, como Mirando al Abismo, o de la nueva etapa, como Sigo Vivo, Óxido Nitroso o En la Zona Cero, pero sin duda las que más interés despertaban entre el público eran las clásicas: Ratas de Ciudad, Soy una Bomba, Fuerzas de Seguridad o Mamá le Ha Cortado la Cabeza a Papá son temas que todos hemos escuchado mil veces y que volver a verlos sonar en directo nos emociona.


Igual de esperados –o al menos por nosotros- eran Guerrilla Urbana, un grupo ya clásico e imprescindible si de punk estatal hablamos. Los canarios estaban en plena forma e interpretaron con fuerza –y con un público fuera de sí- algunos de sus temas más clásicos: Tierra Quemada, Viento de Venganza, Fruta Podrida, Quiero Ir a Roma a Matar al Papa, En Nombre de España o Panchita la Gedionda son temas que nos hicieron cantar y botar de emoción.



A los siguientes, Subversión X, los vimos de fondo, porque había que reponer fuerzas, ya que aún quedaba mucha noche por delante. Con el repertorio de Manolo Kabezabolo no estamos muy familiarizados, pero por el público asistente y cómo estuvo durante el concierto se puede decir que era uno de los principales reclamos del Adictes de este año.















Luego le llegó el turno a uno de los grupos que más esperábamos: los Suburban Rebels. En 2018 estaban en cartel, pero se cayeron a último momento, así que en esta ocasión había dobladas ganas de poder verlos en directo… Y no era para menos: Nacidos para Provocar, Vacaciones en Hannover, Clase Obrera, Barcelona Oi!, Los Grandes Cockney Rejects… son algunos de los temas que sonaron, temas que a uno le hacen corear y saltar. Genial Kabra cantando Hoy como Ayer, y como despedida, el colofón, con Gotic Botboys y Sexo, Cerveza y Tortilla de Patatas, para desmelene final del público.




Arpaviejas siempre es un atractivo para punks y allegados por allí dónde pasa. No nos atrevemos a hacer un repaso a su repertorio, porque son tantas veces ya que los hemos escuchado y visto en directo –con toda la locura que generan en el público- que nos será difícil omitir alguna de las canciones que tocaron, un repaso a álbumes como Ladrón de Almas, En Son de Paz, El Último Cartucho o En la Flor de la Vida. Los pogos ardieron con esos temas que no pueden faltar en todo concierto de Arpaviejas, con Y Ahora Me Importa una Mierda como catarsis colectiva. Shock se encargaba de cerrar una genial noche. Fue sin duda una gran ocasión para poder ver interpretar en directo los nuevos temas del álbum Alta Traición, ya que aún no habíamos tenido la oportunidad de poderlo hacer. Una gran experiencia poder volver a escuchar canciones del primer álbum, como temas tan interesantes del nuevo álbum –El Artista de las Manos Rotas o Un Mar de Nombres-, que esperemos que se hagan recurrentes en sus conciertos. ¡Hasta la próxima, bestioletes de Ponent!
crónica by @acratacappont (@fuegoenlapistadebaile)
fotos by Oriol Cárceles @piratallucifer (@ipopfmradio)