Tan pronto apareció el cartel del BIS Festival 2019 tuvimos bien claro que no nos lo perderíamos por nada. La mezcla de grupos jóvenes con otros artistas más consagrados y el hecho de que fuese el último concierto en Barcelona (y de los últimos como formación) de un grupo del que somos devotos como Hazte Lapón, eran reclamos suficientemente poderosos como para tener las entradas con mucha antelación y guardarlas como u tesoro (bueno, confieso que al ser digitales tampoco preocupa demasiado el guardarlas).
Con altas expectativas nos acercamos al coqueto recinto de Fabra i Coats, en Sant Andreu, donde durante todo el día se estaba celebrando una feria del disco en que diversos sellos pequeños tenían sus paradas, mientras en el pequeño escenario del fondo se desarrollaban conciertos de diferentes bandas emergentes.
El festival en sí empezó con la actuación de Cabiria, ante todavía poco público, que desplegó su lánguida electrónica lo-fi durante media hora, logrando despertar la atención en temas como Tomas Cruise Cruz ayudada por unos visuales muy efectivos.

Los siguientes en subir al escenario fueron a la postre una de las grandes sorpresas del festival; Confeti de Odio. Lucas de Laiglesia acompañado por Carlos René al bajo y Juan Pedrayes a la batería, se reveló como un divertido y carismático frontman, ofreciéndonos temas como la autotunera Hasta Romper el Móvil, su nuevo lanzamiento Hechizo -versión de Teen Suicide- y, especialmente, la trilogía formada por el hitazo de enganche inmediato Tu Puta Barba, la divertida Pocos Likes y la melodramática Hoy Será Un Día Horrible. Sorprendió y convenció con sus temas de dos minutos y el magnetismo de sus posturas imposibles al bailar, revelándose como el primer triunfo de la noche y un proyecto a seguir muy de cerca.

A continuación le tocó el turno a la propuesta más contundente de la noche; el grupo barcelonés Medalla. Salieron dispuestos a tirarse a la yugular de la concurrencia y no soltarla hasta el final del concierto y vaya si lo consiguieron. Su mezcla de hard rock y power pop se reveló portentosa, provocando pogos durante la mayor parte del set (en qué nos estamos convirtiendo los indies que hasta pogueamos?) y demostrando lo rodado que tienen el contenido de su disco Emblema y Poder después de tocarlo tantas veces, especialmente himnos como Navaja Certera, Máquina de Plata o una divertida Deporte en Vano en la que se hermanaron con los murcianos Perro y sus delirantes y espídicos directos.

Sí, el cabeza de cartel era La Estrella de David pero muchos habían venido a ver a Hazte Lapón y su despedida de los escenarios barceloneses. Viendo la imponente alineación que presentaban: batería, bajo, 2 guitarras, el sintetizador de Saray y Lolo con acústica estaba claro que irían a por el partido desde el primer momento. Y así fue, empezando con la ya clásica Hushpuppy, la preciosa Sabes la noche y el dúo irresistible conformado por Mudanzas y Odiar (de su magnífico No son tu marido) y su versión de Gudar; Carretera Perdida. Conforme avanzaba el concierto veíamos a una banda cada vez mejor ensamblada, un Lolo suelto y muy cómodo acaparando protagonismo y una Saray ofreciendo el justo contrapunto a su puesta en escena. La parte final del concierto subió revoluciones al encadenar, entre otras, Vida de Mártires, la superchunkiana La Vida Adulta y la deslumbrante Yo los he visto, con un resultado sencillamente espectacular con el grupo poniendo toda la carne en el asador y el público entregado totalmente. Haciendo un guiño fácil cabe decir que no sólo vencieron sino que epataron. Ante tal despliegue solo queda decir: volved, en la mutación que os de la gana, pero volved. No está nuestra escena tan sobrada de talento e inteligencia para renunciar a vosotros, lapones.


Después de la emoción por la despedida a Hazte Lapón que mejor que cambiar radicalmente de estilo, para encontrarnos con Axolotes Mexicanos. Si alguien esperaba un grupo de tontipop suave se equivocaba totalmente. Los hermanos Pedrayes, Olaya y Juan -miembros originales de la banda- más Lucas y Carlos de Confeti de Odio y Mario de Carolina Durante (como Juan, mucha endogamia sí señor) ofrecieron un concierto tremendo de punk pop con una Olaya superlativa encima del escenario. Es imposible no querer a esta chica viendo lo bien que se lo pasa en el escenario y convierte el concierto en una fiesta. Encima se guardaban la sorpresa de hacer subir a Amaia al escenario a enloquecer con Astor (no, no pondré fotos con ella que ya hemos visto demasiadas, aunque puedo asegurar que la navarra disfrutó casi al nivel de Olaya) y también a su antiguo componente Stephen Lyne -ahora en los recomendables No Fucks-. Otro concierto sorprendente en una noche que estaba resultando formidable y ya tan solo quedaba la última actuación, el cabeza de cartel; La Estrella de David.

David Rodríguez, tras sus años en los referenciales Beef, dos discos anteriores como La Estrella de David (el último del ya lejano 2011) y sus espectaculares trabajos con La Bien Querida, había conseguido generar mucho interés ante su nuevo trabajo: el soberbio Consagración publicado a finales de octubre del año pasado. Esto tuvo claro reflejo en la expectación despertada ante su concierto. En el escenario parecía un predicador ante una congregación ansiosa y atenta recitando su sermón. Si encima se rodea de una banda excelente, destacando el sintetizador de un Betacam multiubicuo, el resultado no puede ser más que un concierto excepcional, con el público cantando cada una de las frases de las canciones de Consagración: destacando joyas como Eroski, Aceite, Maracaibo y, especialmente, Noches de Blanco Satán y Cariño. David con su magnética camisa roja dirigía su particular misa, casi hipnotizando a sus feligreses que asistieron a semejante exhibición con una imparable sonrisa entre los labios asombrados ante la rapidez con que transcurrió su magnífica actuación.
Y con este muy especial rito sonoro finalizó una edición del Bis Festival para enmarcar; bandas heterogéneas que dieron buenos conciertos, alguno de ellos espectacular, horarios respetados escrupulosamente, buen sonido en todo momento, barra rápida y eficiente así como lavabos sin excesivas colas.
Desde estas páginas felicitamos y agradecemos a la organización por una edición excelente del festival.