Desde hace años estamos viendo una nueva oleada de grupos de punk que tienen el catalán como lengua usada en sus canciones. Una muestra de ello es el concierto que tuvo lugar el viernes 15 de diciembre en el Cafè del Teatre. Al 2023 le queda poco ya, pero no puede terminar aún sin buenos conciertos para estas fechas. Esa noche teníamos sobre los escenarios de la sala lleidatana a tres grupos de punk rock que cantan en catalán: Gos Mullat, Groggy Rude y Batec.

Gos Mullat abrieron la velada. Se trata de una nueva banda de Alcarràs –aunque con músicos que han pasado por otros grupos musicales, como Memento Mori- que ya cuenta con un nutrido contingente de seguidores, sobre todo entre gente del mismo pueblo, que colmaron las primeras filas del concierto. Con un EP autoeditado «L’AntiMúsica» (2023), hace escasos días Gos Mullat ganó el concurso Bandes Emergents de la Casa Música de Lleida. Por todo ello, podemos decir que la cuota ponentina estaba muy bien representada y en buenas manos.

El grupo de Alcarràs complementa su sonido de hardcore punk con otros elementos como el metal y el Oi!. En esta ocasión venían presentando su EP, aparecido hace poco, «L’Antimúsica», del que extrajeron temas como El Rei de l’Asfalt, Foscor i fresca y Camí de Reguers. Tras esta canción, Pere, el cantante, se deshizo de su guitarra y quedó solamente como vocalista para interpretar cuatro temas, entre ellas Vull ser tu y la esperada Alcarràs, de carácter reivindicativo y contundente, con versión del clásico Un Beso y una Flor de Nino Bravo entre medio. Nos alegra que desde Ponent salgan grupos con un sonido potente y que sean capaces de generar interés entre el público y den
guerra en directo.

A continuación, le tocaba el turno a Groggy Rude, que, aunque los tarraconenses ya habían tocado en Lleida en más de una ocasión, era su primera vez en el Cafè del Teatre, al igual que Gos Mullat. En esta ocasión venían a presentar su Split con Batec, Riure o Plorar, tema con el que abrieron el concierto, seguida de otras canciones de su nuevo trabajo: Nit i Dia. Para entonces la sala ya estaba llenísima. Muralles, de su anterior álbum, Temps Morts, hacen referencia a las famosas murallas de su ciudad. Tras hablar de su nuevo álbum, se lanzaron a tocar un tema de éste: Crits. No obstante, no renuncian a canciones anteriores, como La Plana, de su primer álbum, Tarraco Punkrockers, de 2017, del cual también tocaron Estem tornant, versión del We’re Coming Back de Cock Sparrer.

Después, sonó Ara renúncies, de Riure o Plorar, y amenazaron con finalizar el concierto, pero en verdad estaban a punto de sacar la artillería pesada, con una fuerte descarga de temas que sacudieron al público: No és normal, que era una de las canciones estrellas de su maqueta, del año 2016, y Privilegi raro, versión de Geordie de Fabrizio de André, popularizada por Gabry Ponte. Groggy Rude acostumbran a versionar canciones discotequeras y llevárselas al punk rock con notable éxito. Lo mismo hicieron en su maqueta con Em Poses a 100 de Mak & Sak y Xana, que sonó a continuación y es un imprescindible de sus directos. Esta racha de canciones acabó con Himnes de merda. Mientras, el público, que ya era antes numeroso, estaba entonces fuera de sí, con pogos a cada canción.

Parecía que el concierto finalizaba, pero aún quedaban dos disparos: Serà perquè t’estimo, versión del Sarà perche ti amo de Ricchi e Poveri, incluido en Riure o Plorar y que es uno de los temas más enérgicos del nuevo álbum y que  atrapa a sus seguidores. El público no pudo resistirse a hacer un pogo más durante esta canción. Fins al final fue el último tema, con el que Groggy Rude cerraron definitivamente su actuación.

Batec, por su parte, significó el colofón del concierto. El grupo del Vallès -aunque tenga conexiones con Ponent, ya que Nando, miembro muy activo de la escena punk, es de aquí- también venía presentando su parte del Split, No és un simulacre, a la que pertenece Sota les llums, con la que empezaron el concierto. Tras ello pusieron toda la carne en el asador con Històries de mentires i sang –que nos gusta mucho-, de su segundo álbum Cicatrius de Guerra, y Maquinària, de su anterior EP, de 2021, Germans de cor, para volver luego a su nuevo trabajo, La vida en mil·ligrams.

Poco después tocaron Ara i sempre, que daba nombre a su primer álbum, del año 2016, y que es un himno de la banda, todo un canto a la amistad. Y es que las canciones de Batec giran en torno a eso: la amistad, el compromiso político, la denuncia social y los principios personales. A continuación, sonó Sang i Guerra, que abre No és un simulacre, y Un tros de vida crua, uno de los mejores temas de Cicatrius de guerra. No obstante, con canciones de su nuevo Split y de Germans de cor, el concierto iba llegando a su final. Marxa el sol, buen tema para irse despidiendo, fue un indicador de ello, pero aún quedaban algunas canciones más, como On és la working class?, nueva en su repertorio, la imprescindible y más sentimental Abril y Llavors, con la que acabó definitivamente la actuación de un grupo que nos encanta y que siempre deseamos volver a ver por lo mucho que nos gustan sus canciones, la energía y el espíritu que desprenden sus letras y porque nos llevan acompañando desde hace años.

Tras el concierto, Padrines Kamikazes se encargaron de amenizar lo que quedaba de noche con punkrock, garaje, power pop y glam. A todo esto, se ha de destacar la importante presencia del público, que estuvo en estado de agitación durante los tres conciertos, especialmente en Groggy Rude y Batec. Se trata de un público, además, que no suele aparecer en otros conciertos de punk, en los que la media de edad es más elevada que en esta ocasión. El viernes quedó demostrado que hay un sector de jóvenes a los que el punk en catalán hecho por nuevas bandas les atrae y les mueve… y nosotros lo celebramos.

crónica by @acratacappont – @fuegobaile
photos by Oriol Cárceles – @piratallucifer