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Vecinos+El diablo de Shangai

Los compañeros del Mayday Lleida ya nos tienen acostumbrados a traernos una buena selección de grupos de la escena estatal (e incluso también internacional en más de una ocasión). Por el Cafè del Teatre en menos de un año hemos visto a Crocodiles, Cala Vento, Belako, Mujeres, entre otros… Jordi y Xavi, en su incansable labor, nos ofrecían este sábado 27 de abril dos grupos jóvenes y muy interesantes: Vecinos y El diablo de Shangai.

A las nueve de la noche, media hora más tarde de lo previsto debido a una función teatral que estaba teniendo lugar al lado, comenzó el concierto. Antes, sin embargo, Mackaulin nos regaló su selección musical, perfecta para amenizar el rato y ponernos a tono para las actuaciones que vendrían después.

Los primeros en subir al escenario fueron Vecinos, grupo barcelonés, formado no hace mucho que en estos dos últimos años han publicado dos EPs consecutivamente: Siempre saludaban y Parecen majos. Pero, a pesar de venir a presentarlos por primera vez en Lleida, empezaron con otros temas que no forman parte de éstos. No obstante, canciones como Fisiocrem ya dejaban claro desde el primer momento a donde apunta la banda: un grupo de rock guitarrero, marcado por el pop punk y el indie, con un claro humor socarrón pero a la vez desenfadado. Se podrían ver parecidos a otros grupos actuales como Camellos, Alavedra, Carolina Durante o Airbag.

No pueden faltar en sus canciones referencias a la cultura pop y general, como en Valerón Tristán, que hace referencia al dúo de futbolistas del Depor Juan Carlos Valerón y Diego Tristán. Siguieron con Tanto poder, de su último EP, Parecen majos, aparecido este año, para después tocar Lo que se de ti. Se debe destacar el ímpetu y el entusiasmo de su cantante, Martín, que no se olvidó de sus compañeros de grupo y los presentó: Miguel al bajo (para conseguir por primera vez el instrumento, por cierto, explican que tuvo que venir a Lleida a comprarlo por Wallapop), Iñaki a la batería e Isma a la guitarra. Martín, por su parte, se iba alternando entre la guitarra y la función de frontman, con bajadas del escenario incluidas.

Sonaron a continuación Ministro del Interior y Ya verás ya. Tras ello, invitaron a un amigo suyo a subir al escenario, autor del nombre del grupo, para felicitarle el cumpleaños. Con la misma rapidez (y mucho humor y guasa) con la que le invitaron a subir, también le dijeron de bajar para lanzarse con un tema que les iba como anillo al dedo: Cumpleaños feliz. Se puede decir que llegaron a uno de los momentos culminantes del concierto con Operación de miopía, divertida canción sobre una ruptura, y No hay ventas, canción en la que colaboran Pinpilinpussies (al fin y al cabo, la versión original es del dúo, Noventas), por lo que invitaron a Raquel Pagès, miembro de Pinpilinpussies, que estaba allí a subirse al escenario a cantarla. Parecía que el concierto iba a acabar allí, pero aún quedaban una última descarga de temas, como Patinete eléctrico y uno de los temas insignias del grupo, Carlos Baute. “Yo no soy Carlos Baute. No te voy a pedir perdón”, dicen.

Acababa allí la actuación de Vecinos, que nos dejó con un muy buen sabor de boca: canciones rápidas, que invitan a corear y hasta a hacer algún pogo; diversión y humor. ¿Qué más se le puede pedir a un concierto?

No obstante, la noche no acaba allí, ya que le tocaba el turno a El Diablo de Shangai, grupo también barcelonés, que empezó su andadura por allí el 2020. El año pasado publicó su primer álbum 113 Pasos Adelante en el Ensanche y esa noche tocaba presentarlo en Lleida, también, como Vecinos, debutando en la capital del Segre. Siempre hay una primera vez para todo… y estamos convencidos de que el público que asistió al Cafè del Teatre respondió como es debido.

El cuarteto barcelonés empezó con Juan Carácter, de su nuevo álbum, lo que supuso un inicio con ciertos matices de postpunk. Siguieron con BGMFF, single publicado hace dos años, con el que pudimos ver las insólitas salidas del cantante Juan Trías de Bes, que supo alborotar al público durante la hora de concierto. Completan la formación Juan Poch a la guitarra, Albert Muñoz a la batería y Víctor Vidal al bajo. Con Gente repelente mostraron su lado más punk. Perdón, nada nos puede cambiar, que sonó a continuación, supuso una bajada de ritmo, aunque no por ello Juan dejó de desgañitar, es marca de la casa y una de las firmas del grupo.

El tiempo es relativo (y tú eres *****) y Tabaco nos recolocaron en la onda más guitarrera y punk del grupo. Continuaron con Veneno y Magia Roja, que daba nombre a su EP aparecido hace dos años. Hacia el final del concierto tocaron Patti Smith, tema que de su repertorio que no podían dejar de incluir en el directo. Boviscopofobia parecía la última canción, pero tras un amago de bajar, volvieron para tocar un último bis: HIMALAYA, con la que se cerró definitivamente el concierto.

crónica by @acratacappont – @fuegobaile
photos by Carina Santiago – @midamideta

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