¡Hola queridas!
Es jueves postfestival y toca… #mamademayorquieroserblogera
Y con todo el subidón, que todavía nos dura, vamos a contaros ¡qué tal lo hemos pasado en el BBK LIVE! Sííííííííí
Bien, comencemos. Nos aclararíamos la voz para iniciar este “speech” (ya somos todo unas blogeras, que hasta hablamos en inglés) pero es que nos la hemos dejado en Bilbao, ya disculparéis.
Llevábamos toda la semana nerviosas, sabíamos que lo que se acercaba iba a ser brutal y no podíamos esperar más hasta que, por fin, fue jueves. Un par de fantasmas amarillos y varios de distintos colores iniciábamos nuestro viaje rumbo a Bilbao. Dos coches, uno desde Zaragoza city y otro desde Madrid capital. Dos coches con un mismo destino.
El viaje esta vez no iba a ser tranquilo ¡qué va! Ya desde el principio la copiloto se puso a los platos e inició una sesión de temazos dignos de cualquier festival que se precie. Cantando con toda nuestra alma y nuestras angelicales voces llegamos a Bilbao. En nuestro habitual empanamiento mental, y por no perder las costumbres, nos equivocamos al coger la salida y mira que íbamos con el GPS… (un aplauso para nosotras)
Una vez hallada la salida correcta nos dirigimos al BEC para dejar el coche. Punto positivo para el festival, que deja a un precio más que razonable un parking a las afueras. Maletas, bolsos, metro y al piso que habíamos alquilado. Ya instaladas nos fuimos a comer unos pintxos, lo que, por cierto, fue una gran opción porque si alguno pretende irse de pintxos cualquier otro día del festival lo lleva fastidiado, que la resaca es mu’ mala.
Con el estomago lleno ya podíamos empezar a arreglarnos. Por hacer la gracia, porque a veces somos así de idiotas, nos pareció una buenísima idea vestirnos en plan ochenteras como tributo al cabeza de cartel de esa noche, Depeche mode. Así que nada, colores varios, coleta a un lado, calcetines llamativos y a triunfar. Francamente debíamos de llamar la atención, porque la gente nos miraba raro…¡Objetivo conseguido! Metro, bus y caminata para llegar a Kobetamendi (este punto es mejorable…) Llegamos arriba.
Entre risas y cerveza no se hizo tan dura la subida. Pulsera y a disfrutar. En esta edición la pulsera llevaba el dispositivo de cashless. No lo habíamos probado aún, nos habíamos quedado en los Tokens y en el pago con dinero normal, y la verdad es que esta fórmula de pago nos ha gustado. Te olvidas de andar sacando la cartera y además agiliza que no veas. Fotos típicas en la entrada para instagram, postureo y a ver conciertos, que es a lo que hemos venido.
Tuvimos algún problemilla técnico y llegamos más tarde de lo que hubiéramos querido, y por eso nos perdimos a Cage the Elephant y a The 1975. Una pena. Habrá que ir a algún otro festival para verlos. Así que nada, nuestro festival empezó directamente con el cabeza de cartel del jueves, Depeche Mode. Y esto fue un problema. Entendemos que en su momento fueron un exitazo, y que son un grandísimo grupo. Pero para la gran mayoría del público que no habían vivido los años 80, no fue el concierto deseado. El cantante lo dio todo, ¡vaya energía! Pero cuando intentaba que el público cantara, no había mucha respuesta… Gran concierto para los mayores de 30 años, pero cabeza de cartel flojo para el resto.
Tras esto, nos fuimos a cenar. Varios puestos para elegir lo que más te gustase, con muchos tipos de comidas, y unas filas interminables. Si no tenías hambre no había que preocuparse, en la espera la hacías. Después de esto nos apetecía bailar y los grupos que había no nos llamaban demasiado la atención. Fuimos un rato a ver a Spoon mientras cenábamos y hacíamos tiempo hasta Justice, pero tampoco nos gustó mucho. Y entonces, llegaron ellos, nuestros salvadores. De pronto, pasamos por delante de uno de los puestos de publicidad, el de Kutxabank en concreto, y empezamos a oír The Fratellis. Estaban pinchando Family and men djs (no los conocíamos de nada, pero a partir de ahora somos muy fans) y ponían temazo tras temazo. Tan pronto ponían Queen como The Strokes. Una mezcla de música perfecta para animar la fiesta. Bravo por ellos.
Con todo el subidón y después de bailar como unas descosidas, volvimos al escenario principal. Era la hora de Justice. El dúo salió y lo petó, literalmente. Justice fue la fiesta, Justice lo dio todo, y entonces Justice se quedó sin sonido….OOOHHHHH!!! Mini break de 3 o 4 minutos mientras arreglaban el sonido y a darlo todo otra vez. Como si no hubiera pasado nada, la pareja de Djs volvieron a la carga. Ritmo, luces y baile. En conclusión, fue apoteósico, memorable, indescriptible. Un pedazo de 10 para ellos.
Con la tontería ya eran las 3. Sudor, dolor de piernas y hambre de nuevo. Vamos a comer, que una fila no nos ha parecido suficiente. Estomago lleno y pilas recargadas, ¡qué empiecen los Djs! A las 5.15 empezaba Maadraassoo y después de la pedazo de sesión que hizo en el Polifonik, estábamos impacientes. Antes de que pinchara le tocaba el turno a David Van Bylen Dj, otro que no conocíamos, y otro que nos hemos apuntado en la lista de “me gusta”. Todo temazos, incluidas las Spice Girls, una locura. Además, el escenario Starman, el único cubierto del BBK, es una maravilla para saltar y bailar porque el suelo rebota y es divertidísimo. Mucho ritmo y muy bien hilados los temas, bravo por él. Así, con el listón por las nubes, le tocaba empezar a Maadraasso su sesión. Antes de eso pudimos hablar con él. ¡Qué majo es! Se le notaba algo nervioso por la sesión ante tanto público pero, a estas alturas de la vida, esto era pan comido para él.
Y no defraudó. Sesión distinta a la del Polifonik, cosa que no hacen todos los djs, que a veces aprovechan la misma sesión para más de un festival. Puso canciones de todo tipo, mucho indie y, sobre todo, electrónica. Una sesión que, para nuestro gusto musical, fue un poquito peor a la del Polifonik, aunque todo hay que decirlo, era una sesión más tarde en el horario y por tanto, puso más música de mañaneo. Aun así, buen final para el primer día del festival.
La vuelta a casa fue divertida. Había bastante alcohol recorriendo nuestras venas, más en unas que en otras. Nos dedicamos a recordar lo que habíamos hecho hablando como Pablo Escobar y a pensar en lo bien que lo habíamos pasado. Hasta nos hicimos un tocado para el pelo con una hoja de parra. Así que nada, caminata, bus, metro y a dormir. Entre unas cosas y otras nos echábamos a las 8 de la mañana. Sobre las 12, es decir, 4 horas más tarde, algo nos despertaba. ¿Qué es eso que se oye? ¿Una charanga? ¡Tiene que ser una broma! Pues no, no era broma. Justo debajo de nuestra casa, había una charanga celebrando San Fermín. ¡Con lo que nos gustan a nosotras las charangas, y lo mal que nos sentó oírla a esas horas!
Pocas horas de sueño, pero que le íbamos a hacer. Hicimos un poco de comida, porque lo de salir a ver Bilbao era del todo imposible. Y empezó de nuevo la fiesta. ¿Porqué? Porque al día siguiente era el cumpleaños de uno de los fantasmas amarillos, y ¡había que celebrarlo desde ya! Precumpleaños por todo lo alto, con pruebas y regalos chorras, canciones infantiles y todo lo que un fantasma puede desear.
Ducha, arreglos varios, cervecitas, música para ambientarnos y de nuevo ruta hacia Kobetamendi. Esta vez íbamos más monas vestidas. De hecho parecíamos otras. Alguna incluso se pensó que iba al Coachella y se puso más mona de la cuenta… En fin, lo nuestro es llamar la atención pase lo que pase.
Ese día había que llegar pronto, tocaba Fleet Foxes y no queríamos perdérnoslo. Y cuando llegamos a la cuesta ¡¡FAIL!! ¡Había una fila enooooorme! Menos mal que avanzaba rápido y que separaban a mitad de fila la gente con y sin pulsera porque si no, no llegamos ni de caña. Una vez dentro, cerveza en mano, empezó el concierto de Fleet Foxes. Bien elegido el horario, al atardecer este tipo de música más tranquilita se agradece. Hay que oírlos tocar y dejarse llevar por su música. Siguen siendo ellos, en esencia, sin modificarse por las modas indies que han pasado. Directo impecable y buen rollismo.
Y tocaba cambio de escenario. Phoenix tocaban en el escenario Heineken. Y aquí vamos a hacer un parón para hacer una petición o más bien una queja…. ¡SE HACE SABEEEEER! No, en serio, ¿en qué cabeza cabe hacer un escenario en un sitio donde hay como una colina que primero sube y después baja? ¿A nadie se le ha ocurrido que como no estés medianamente cerca NO SE VE NAAAAAADA? Nos ha pasado todos los años… No puedes poner el segundo escenario más grande con grupazos del pelo de Phoenix, en un escenario que se ve fataaaal! Y encima, ¡las pantallas no funcionaban! Ya está, ya nos hemos quedado a gusto.
A lo que vamos, que era el turno de Phoenix. Aquí había diversidad de opiniones, a algunas les gustaba mucho y a otras sin más, pero aún así, fuimos todas a verles porque nos guste o no, son un buen grupo. Y se puso a llover… era un chirimiri, pero molestaba… Al principio, entre que no se veía nada, que el agua molestaba, y que tocaron canciones menos conocidas, nos aburrimos.
Estábamos de festival y nada ns un poco. Pero después tomamos una decisión. i nadie iba a hacer que nos aburriéramos. Así que nos pusimos a bailar, como si no quedaran horas de festival, como si nos encantaran todas y cada una de las canciones que estaban tocando, y así, convertimos el concierto de Phoenix en un concierto super divertido. Para ser justas hay que decir que en directo suenan muy bien y que la escenografía era muy llamativa, con un cristal enorme que los reflejaba y dejaba ver las pantallas que tenían en el suelo. Concierto más que correcto a pesar de la lluvia.
Y por fin, lo que más esperábamos, ¡era la hora de The Killers! Era la tercera vez que los veíamos en directo. Desde el concierto del FIB del 2009, nos tenían locamente enamoradas y estábamos ansiosas por verles de nuevo. Propuesta de concierto muy arriesgada, empezando con el temazo por antonomasia. Así, en frío y sin avisar, sonó Mr. Brightside. Estábamos todos tan en frío, que hasta a Brandon Flowers se le escapó un gallo… Pero se lo perdonamos. Tras esto, Space Man y después Somebody told me. Empezar con tres temas de tal envergadura como estos hubiera sido un suicidio para cualquier grupo, porque no te queda que tocar después. Pero es que The Killers son mucho The Killers, y tienen canciones buenas para tocar durante cinco horas. Tanto es así, ¡¡qué la hora y cuarto se nos hizo corta a todos!! Estuvimos todo el concierto sin parar de bailar, de saltar, de cantar y de disfrutar. ¡Vaya conciertazo, qué espectáculo!. Siguen siendo los que eran en 2009, cuando estaban en lo más alto de su carrera. Encima, para colmo, durante el directo se hicieron las 12 de la noche, y comenzaba el cumpleaños de uno de los fantasmas amarillos. Y para hacer que el momento ya fuera redondo, cuando el fantasma cumpleañero estaba subido a los hombros del otro fantasma, ¡sonó When you were young! Casi nos matamos saltando, pero lo dimos todo igualmente. Todos los que estaban alrededor se unieron a nuestra fiesta y juntos cantamos a voz en grito. Qué bien todo, oye. Bravo, bravo y bravo.
Y de nuevo al escenario Heineken. Ahora tocaba Royal Blood. Fantástico dúo, que solo con una guitarra y una batería consiguen levantar a todo un festival. Los vimos un rato, pero la carpa de Kutxabank nos llamaba a gritos con himnos como Take Me Out. Contra algo así es difícil competir. Sonaron temazos, como la noche anterior, desde Bruno Mars hasta los Rolling Stones y lo bailamos todo muy fuerte. Después, le tocaba el turno a otro de los cabeza de cartel, Trentemoller.
Lo de Trentemoller merece mención a parte. En nuestra opinión son demasiado alternativos. O eso, o no entendimos el concierto… Demasiada electrónica, que no nos va mucho. Asi que, visto que no acabábamos de sentirnos cómodas con ese tipo de música, nos fuimos al escenario Matusalem, uno de los pequeñitos. Allí tocaban Los Punsetes. ¡Qué graciosos son! Indie nacional, con letras divertidas y una cantante de lo más curiosa. Es difícil cantar esas canciones con el rítmillo que tienen y no mover ni un dedo. Terminó con un escueto, muchas gracias buenas noches, se dio la vuelta y se fue, sin inmutarse la tía. Una grande.
Y de nuevo, era hora de los Djs. Este día la verdad es que no nos gustaron mucho. Aun aguantamos con Joe Goddard, mucha electrónica y poco indie. Hicimos el esfuerzo y esperamos a ver si la siguiente Dj (Yahaira Dj) nos gustaba más. A las 3:30 empezó su sesión, pero la cosa no mejoró mucho. Lo hizo algo mejor que el previo, con algo más de mezcla de distintos tipos de música, pero ya estábamos bastante cansadas y sin muchos ánimos, así que era difícil que nos reengancháramos a la fiesta. Así que visto el panorama, decidimos que lo mejor era ir a descansar y reponer fuerzas para el día siguiente, que apuntaba maneras.
Recogimos los bártulos y a casa. Entre pitos y flautas llegamos a las 5, así que tampoco íbamos a dormir en exceso.
El tercer día empezó de los más divertido. Los fantasmas amarillos seguíamos de celebración y nos levantamos graciositas. Nos dedicamos a despertar al resto de fantasmas a puro de quedarnos observándolas y ¡se pegaron cada susto! Fue muy divertido. Una vez puestas todas en marcha, ¡¡teníamos un cumpleaños que celebrar!! Tuvimos velas sobre magdalenas, más regalos y, sobretodo, mucho baile. ¡Lo dimos todo con las bandas sonoras de las canciones de Disney! Tanto es así, que las vecinas vinieron a quejarse del escándalo que estábamos montando… (chico, eran las 5 de la tarde y no era para tanto)
Una vez pasado el estado de euforia nos tocó de nuevo arreglarnos. Esta vez íbamos más tranquilas, porque hasta las 21:35 no empezaba el primer grupo que nos apetecía. Una pena que pusieran a Los Bengalas a las 17:00, porque no pudimos verlo, y siempre nos gusta apoyar a los grupos de la zona. A las 21:00 entrábamos en el recinto por última vez este año. Primero nos hicimos fotos de despedida. ¡Lo que nos costó que saliera una bien y que nos gustase a todas! (Cosas de chicas)
Tras media hora de reloj, nos fuimos a ver el primer concierto. !!! (Chk Chk Chk) inauguraban nuestro tercer día de festival. Que concierto más entretenido. El cantante bailaba todo el rato, con una gracia y un salero que alegraban a todo aquel que estuviera viéndolo. Ésto, aderezado con una música de lo más movida, hicieron de su directo un concierto perfecto para comenzar la jornada.
Nos entró hambre y además, queríamos llegar bien alimentadas al siguiente concierto, así que cenamos tranquilamente sentadas en el césped. Había que coger fuerzas.
Y por fin llegó el cabeza de cartel, llegaron ellos, llegó Two Door Cinema Club. ¡Qué ganas teníamos de verlos! ¡Y qué pedazo de concierto se pegaron los tíos! Nosotras que pensábamos que solo nos sabíamos dos canciones… y fue un no parar de cantar y de saltar. Y entonces empezó a llover, pero no un poquito como el día anterior, no, cayó agua como para una boda. Pero nos daba igual, de allí no se movió ni un alma. Todo el festival siguió bailando y cantando. Y llegó el final, tocaron What you know y Bilbao se vino abajo, literalmente. Ya podía llover a cantaros, tronar o nevar, que todo lo que queríamos era cantar. INMENSOS
Con toda la adrenalina, no nos dimos cuenta de lo mojadas que íbamos hasta que terminó el concierto y buscamos refugio. Refugio que nunca encontramos. Gran fallo por parte del festival, en una ciudad como Bilbao, no poner más zonas a cubierto.
Se pegó lloviendo durante casi dos horas y encima uno de los fantasmas amarillos no llevaba chubasquero. Bueno, sí que lo llevaba pero como si no porque, total, se mojó como si se hubiera metido en la ducha vestida. Menos mal que los demás fantasmas son de lo más ingeniosos y con una bolsa de basura le hicieron un chubasquero de los más útil. El problema es que no se les ocurrió hacer agujeros para los brazos, y en una subida se resbaló y se cayó de bruces en una montaña de barro. Y es que con tanta lluvia, el recinto se había convertido en una autentico
barrizal donde todo el mundo se resbalaba y se caía. Así que la estampa era graciosa. Todas empapadas, y una de las fantasmas llena de barro hasta las orejas y con una bolsa de basura como chubasquero. Todo bien. Durante este rato, en la única carpa a cubierto tocaron The Lemon Twings. Ni en sus mejores sueños se habría imaginado tener esa cantidad de gente en su primer concierto en España, pero la lluvia jugó de su parte e hicieron un lleno absoluto. Cierto es que tocaron bastante bien, y que a más de uno nos sirvió para conocerlos. Grupo a seguir.
Y cuando Noé estaba a punto de sacar su arca, dejó de llover. Justo a tiempo para que empezara Die Antwoord. Vaya locura de concierto. Montaron una Rave en Kobetamendi legendaria, espectacular, aunque un poco espeluznante. Fue un buen reinicio para el bajón que teníamos después de la lluvia. Nos entraron ganas de fiesta otra vez. A nosotras y a todo el festival. Parece mentira, pero mucha gente se quedó a pesar de la lluvia, más de la que esperábamos. Y es que nadie se quería perder el final del BBK.
A continuación fuimos a ver a WhoMadeWho, en la carpa a cubierto, que ya se había vaciado y que nos permitió secarnos del todo. Otro grupo que no conocíamos, pero que estuvieron bastante bien. Tenían un público de unas 200 personas entregadas, así que algo bien debían de estar haciendo.
Y ya, como colofón a un pedazo de festival, empezaron los Djs que cerraran la jornada.
Primero le tocó el turno a JotapopDj, al que le agradecemos enormemente la sesión que hizo. Hit tras hit, recopilando lo mejor del indie internacional, con indie nacional de gran calidad y algo de música actual. Todo mezclado y conectado a la perfección. Risas, bailes, movimientos absurdos, cervezas, alguna copa y alegría. Perfecto
Y como broche final, Marc Dorian. Marc lo hizo bien. Empezó un poco flojito, sobretodo teniendo en cuenta lo bien que lo habíamos pasado en la sesión previa. Pero fue poner a Lori Meyers y conectar con el público. Se dio un baño de masas con Tormenta de Arena e hizo varios guiños y buenos gestos a otros grupos indies nacionales. Solo tuvo un problema, y es que hizo Dj set, y se notó cuando pinchó varias canciones que se habían puesto hacia menos de una hora por parte del Dj previo. Pero bueno, en conclusión, una sesión más que correcta para apagar las luces por este año.
Y así, encantadas de la vida, nos bajamos de nuevo a casa. Poco íbamos a dormir, ya lo
sabíamos, pero y lo bien que lo habíamos pasado, ¿¡qué!? Escasas dos horas fueron las que dormimos. Muertas de sueño y con el cansancio acumulado de los tres días, tuvimos que dejar el piso. Aun recuperamos algo de fuerzas con el desayuno, pero poca cosa. La vuelta a casa en coche fue muy dura. Tres horas que se hicieron eternas. Fuimos recordando las anécdotas que nos habían pasado y poniendo música, y así se hizo bastante más llevadero.
Menos mal.
En conclusión, tres días que han cundido como un mes. Tres días que requieren una semana para recuperar todas la energías gastadas. Tres días de amigas y diversión. Tres días de grandes conciertos y buena música. Tres días inolvidables e irrepetibles. Tres días PERFECTOS.
Como ya os dijimos, el BBK es un valor seguro
Nos vemos en el BBK 2018.
Gracias queridas.
Articulo y Fotos by Fantasmas Amarillos