Si SÓNAR libérate, libérate siempre, libérate cómo has hecho este año, sorprendiendo a propios y extraños, con unas cifras de asistencia record superando los 154.000 visitantes, libérate de los corsés del espacio y el tiempo como también has hecho este año, expandiendo las actividades más allá del propio SÓNAR, con la SÓNAR WEEK que ha vuelto a convertir a Barcelona en capital mundial de la música electrónica, el arte digital y las nuevas tecnologías.

Y sobre todo libérate de las monolíticas normas estilísticas que rigen al resto de festivales de música electrónica, porque sin perder la esencia de la pista de baile, sin olvidar de dónde venimos, que representa para muchos de nosotros el House y el Techno, sin perder la vista en Detroit o Chicago, en Berlin o el French Touch, has conseguido que SÓNAR sea aldea común donde oriente y occidente, el viejo norte y el sur global, se dan la mano pero colisionan, se atraen pero se repelen, en definitiva se retroalimentan de forma positiva y proactiva y generan durante tres días el mejor de los mundos que podamos imaginar.

Y es que quiero aprovechar estas líneas para reivindicar algo muy muy difícil y que en nuestra modesta opinión SÓNAR ha logrado con creces este año, el todo ha sido infinitamente superior a la suma de sus partes y es que en una era donde la música electrónica ha recuperado el fulgor de antaño y cualquier fiesta en la ciudad o en la cercana Isla Blanca, está repleta de DJ’s con vitola de estrella mundial, a priori faltaban cabezas de cartel y puede que así haya sido, pero el resultado final ha brillado en todas las direcciones de forma poliédrica como un diamante en bruto después de ser perfectamente tallado con múltiples facetas.

En SÓNAR 2024 se ha bailado Techno desde su vertiente más melódica con Paul Kalkbrenner, Adriatique o Ben Bohmer a la potencia sonora de VTSS o Charlotte de Witte y grandes veteranos como Richie Hawtin o Octave One, se ha rendido tributo al House primigenio con Danny Tenaglia y Kerri Chandler y hemos disfrutado del baile desenfrenado de unos de sus hijos bastardos, ahora convertidos en reyes absolutos como son The Martinez Brothers.

No sabemos si realmente ha sido buscado, pero Francia ha tenido un papel tremendamente relevante en esta edición de SÓNAR, con la querencia disco de Folamour, la indietronica melancólica de AIR y el maestro de maestros Monsieur Garnier.

Pero SÓNAR, como ya hemos dicho ha sido mucho más y es que hemos disfrutado y descubierto infinidad de propuestas que como ha definido la propia organización van desde géneros consolidados como el Rap y el R&B hasta el afrorave, baile-funk, gabber, hyperpop y treggaetón.

Y aquí la lista es extensísima, con propuestas de primer nivel mundial como Kaytranada o Vince Staples, hasta producto local como Mainline Magic Orchestra o Judeline, y autenticos outsiders como HorsegiirL, Toya Delazy, Olof Dreijer con Diva Cruz, Sevdaliza, La Goony Chonga, La Francesssa, Tommy Cash o Yune Pinku.

Y como muchas ya habréis intuido por el título de nuestro artículo, nos dejamos para el final a la auténtica DIVA y es que lo de JESSIE WARE ha sido sencillamente descomunal, si no has disfrutado de este concierto como un niño pequeño estas muerto por dentro.

Y después de esta ODA a una de las ediciones del festival que más hemos disfrutado en los últimos años, vamos a repasar lo que han dado de sí las tres jornadas del festival.

Sónar + D

La mañana del jueves pudimos realizar un recorrido guiado por Project Área de SÓNAR+D autentico centro neurálgico del Festival y donde se presentan más de 100 propuestas innovadoras de 79 entidades del ámbito de la creatividad y tecnología llegadas de todo el mundo

Project Área a su vez se subdivide por categorías tecnológicas, siendo una de las más destacadas la destinada a la robótica y supercomputación, donde pudimos conocer la instalación del Col.lectiu Axolot de “Microbots” actuando como un enjambre o los diferentes proyectos del Centro de Computación, donde se unen los conocimientos musicales con la supercomputación para estudiar temas tan dispares como la respiración humana o el urbanismo.

Como no podía ser de otra manera la IA lo impregna todo y otro de los puntales de esta edición han sido los bots conversacionales, la IA generativa y sus aplicaciones en entornos creativos tanto musicales, como de diseño, aquí nos impactó de forma significativa el software del estudio barcelones Krea, con su translación casi instantánea de pequeños bocetos o trazos + prompts de IA a imagen.

Otra de las áreas significativas es la dedicada a la Síntesis musical y es que Barcelona reúne a gran cantidad de fabricantes de sintetizadores modulares muchos de ellos presentes en Project Área.

Espai Oníric

Otro espacio imprescindible a visitar en el SÓNAR es l’espai oníric donde diferentes estudios catalanes a la vanguardia de la creatividad digital presentan sus proyectos en un espacio inmersivo.

Espai Oníric by @midamideta

Jueves de día

La joven gaditana Judeline ha sido otro de los grandes descubrimientos de esta primera jornada, donde ha presentado una selección de temas que navegan entre el reggaetón, el trap y el funk, aderezados por su voz aflamencada.

El gran Rey Shaka Zulu estaría orgullosísimo de una de sus más prominentes guerreras en este siglo XXI y es que Toya Delazy rapea íntegramente en Zulu, sobre una amalgama de géneros furiosos e impregnados de graves potentes, que ella misma ha bautizado como Afrorave

Sevdaliza, es uno de esos talentos globales que ya es suficientemente conocida por estos lares y es que la neerlandesa de origen iraní, es una artista cuyo crecimiento se ha podido seguir desde hace años en el festival barcelonés. Su voz poderosa se ha dejado notar con claridad en el escenario SÓNAR Hall. No faltó Ride or die, el hit reggeatonero que grabó con Tokischa.

Sin duda una de las grandes sorpresas fue la actuación de la productora malayo-irlandesa Yunè Pinku y es que muchos esperábamos una velada llena de medios tiempos y melancolía encajonada en bases UK garage y reafirmados por su voz aterciopelada. La realidad fue otra bien distinta y es que Yune emergió eufórica y eso se contagió a un SÓNAR Village entregado.

Y por último acabamos la tarde noche con Folamour, ya convertido en uno de los enfants terribles de la música de baile actual, no defraudo a sus muchos seguidores con su propuesta NuDisco y House que nos hizo bailar a todos hasta el momento del cierre.

Viernes

La jornada del viernes se iniciaba con la tradicional peregrinación a tierras gallegas (O meu Lar) y es que se presuponía día largo y había que alimentar el cuerpo con fruición para todo lo que nos venía por delante.

El espigado keniata Kabeaushé, fue nuestro primer show del día alejado de los sonidos más duros que esgrimen otros compatriotas, exhibió una suerte de Hyperpop africano.

Marie Davidson no para de ganar adeptos, cada aparición suya despierta más interés y no es para menos, sus drops potentes y afilados y su rapeo punk, a muchos nos hace recordar momentos ilustres de principios de siglo, con Le Tigre en mente en muchos momentos y las raves en otros.

Sin solución de continuidad pasamos de la energía de Marie Davidson a la belleza cautivadora de Verde Prato y es que a pesar de haberla visto ya en diversas ocasiones, no dejamos de admirar su voz, su talento escénico y como muchas veces la sencillez es clave en la obra de Ana Arsuaga, fusión del folclore vasco con las sonoridades electrónicas.

A pesar que posiblemente no era la mejor hora para los sonidos de alto octanaje habituales en sus sesiones, Dj Gigola no se dejó amedrentar y dejó liberar toda su energía en una sesión potente, con grandes momentos como su aclamado hit “La batteria” que podemos asegurar que quedo totalmente “Ricaricatta”.

Laurent Garnier el gran maestro nos debía una y que mejor que una sesión de tres horas para que un SÓNAR Village hasta la bandera rindiera tributo a uno de sus héroes. No sabemos que paso el año pasado, pero Laurent está totalmente recuperado y nosotros se lo agradecimos con 180 minutos de baile desenfrenado.

Y de Garnier al autobús para ver uno de los shows más esperados de esta edición y es que ya en Gran Vía nos esperaban los aclamados AIR con su seminal “Moon Safari”, obra cumbre de la indietronica mundial. Con una puesta en escena sobria pero elegante, como no podía ser menos, los franceses hicieron vibrar al público con temas como “Sexy Boy” o “Kelly watch the stars”

Y de ahí al que para un servidor ha sido sin duda el mejor show de esta edición y es que diva se nace no se hace. Jessie Ware nos traslada a los clubes nocturnos de los años 70, más específicamente a su propio club “The Pearl” y aunque al principio el público lo mira recatado desde la distancia, poco o poco se va contagiando del espectáculo, Vogue y Drag que está viendo en el escenario, hasta que la comunión entre Jessie y su público alcanza el éxtasis.

Pero la noche aún era joven y tuvimos tiempo de bailar con los ritmos disco de Toytonics, mientras esperábamos otros de los puntos fuertes, que no era otro que el canadiense Kaytranada, afamado productor y cratedigger exquisito, que nos contagió a todos su Groove disco-funk.

Sábado

Y si la noche del viernes era un atracón de música exquisita, la verdad es que, en la jornada del sábado, íbamos a tener un SÓNAR de Día excepcional, marcado por propuestas que llevan al límite al espectador, empezando por los locales Mainline Magic Orchestra, con su show doom House que además esta vez se veía complementado por la presencia de Partiboi69 compartiendo escenario con ellos.

Y si en este primer show, se movieron los limites, en el segundo se siguieron ampliando y es que el Hyperpop ultravitaminico y happy Hardcore de HorsegiirL se contagió a todo el público del SÓNAR Village como si fuese un virus que nos obligase a practicar movimientos espasmódicos.

¿Qué puede salir mal, si mezclas en el escenario a la Reina Hierática del electroclash, con el Italo Brutalo y acido de David Vunk? Pues absolutamente nada malo y es que la extraña pareja nos deleitó con una sesión donde fusionaran sus estilos y los hicieron confluir con otros géneros de la música de baile de forma totalmente funcional.

Ya en Sónar de noche, nos esperaba el que sin duda era el gran plato fuerte del festival para una gran mayoría de público y es que para toda una generación algo posterior a la nuestra, Paul Kalkbrenner es el gran referente, ya en directo Paul se gusta muchísimo a sí mismo y hace que nos guste, verle tocar siempre es un placer y se nota muchísimo el cariño que pone en todo lo que hace.

Retrotrayéndonos algo más en el tiempo, Octave One son unos de esos referentes secundarios de un Detroit primigenio. Formado por el duo Lenny y Lawrence Burden dieron un auténtico recital de Techno demostraron estar en un estado de forma increíble.

Cinthie es gran santo de la devoción en esta casa y es que la Dj, productora y propietaria de una tienda de discos berlinesa, bascula siempre entre el house mas heterodoxo y clásico con producciones mucho más recientes y undergrounds convirtiendo sus sesiones en un oasis de buen gusto. Floating Points presentaba un show visual que quizá merecía otro horario y ubicación y es que los ritmos sincopados, los loops y secuencias larguísimas hacían difícil entrar en él, hasta que te separabas convenientemente del escenario y los láseres y proyecciones permitían visualizar el contexto global.

Y acabamos nuestro recorrido a esta edición de SÓNAR, con una de las propuestas quizá más masivas y a la vez con menos reconocimiento por parte de la crítica especializada, The Martinez Brothers, demostraron con creces su solvencia, dejaron ver en todo momento sin trampa ni cartón sus skills técnicos y obsequiaron a una concurrida y animada parroquia con una sesión de Tech House festivo, justo lo que se esperaba de ellos.

Así que SÓNAR sigue por esta senda, sigue completamente liberado y sorpréndenos para bien en la próxima edición que se celebrara los días 12, 13 y 14 de junio del 2025.

Texto:    🖋 Xavi Doblas @midetos Fotos:    📷 Carina Santiago @midamideta