En abril del año pasado Medalla actuó por primera vez en Lleida, en el Cafè del Teatre. Antes de que terminase 2023 publicaron un nuevo álbum, el cuarto de su carrera, Duelo. De este modo, el viernes cinco de abril, un año después de su primer concierto en la capital del Segre (que fue el día 1 del mismo mes) vinieron por segunda vez al Cafè del Teatre, llamados otra vez por Mayday Lleida.
Los cuatro componentes del grupo aparecieron sobre el escenario pasadas las diez de la noche, con un conjunto de ropa blanca, y se lanzaron con Dardo, tema más rápido de Duelo, para luego tocar Doce Espadas, de Arista Rota, lo que supuso con contraste con la anterior canción: la primera más guitarrera y cruda, la segunda más pausada y calmada, excepto en el último minuto.









Retornaron a Duelo con El cielo no espera y Bestia de Fuego y después retrocedieron hasta su álbum homónimo, el segundo, con Ritual Arcano y Herederos. No obstante, el protagonista de la noche era obviamente su nuevo trabajo, que venían presentando, por lo que a continuación interpretaron Nunca dejamos de morir e Himno para la derrota. Altares supuso un interludio que demuestra la versatilidad del grupo: de temas rockeros pasan a una bossa nova sin despeinarse. Eric, el cantante, bromeó sobre el paso de hacer canciones de heavy metal y decidir un día marcarse una bossa nova. “¡¿A qué no hay huevos?!”, dijo alguien desde el público, a lo que Eric confirmó que más o menos fue así.








Después de la tranquilidad de la bossa nova, sonó Jardín de puñales, que inicia con un potente riff de guitarra. Medalla iban encarando, así, el final del concierto. En uno de los momentos de mayor excitación, Josep, el bajista, tomó una trompeta y Enric se hizo cargo del bajo. Éste descendió del escenario, rodeado del agitado público. Marc, el baterista, por su parte, hizo gala de una gran pericia durante todo el concierto y Joan demostró tener una actitud arrolladora encima del escenario.
A continuación, del primer álbum, Emblema y poder, tocaron Murciélago, mucho más pop, y Leviatán, uno de los grandes hits de Arista Rota. Volvieron a Duelo con Todo está enfermo, Abandonarse a la tristeza y Deriva. Tras algunos temas más, parecía que el concierto iba a terminar definitivamente, pero Medalla no se podían marchar sin antes tocar Lázaro, sin duda uno de sus temas más populares, seguido de Banderas a media asta. Acabaron, finalmente, con dos canciones dedicados al trabajo: Velázquez y el Tajo. Lo que vimos el viernes fue a un grupo en plena forma, tanto por su pasión en el escenario como por la maestría musical que destilan sus temas, que basculan entre la melódica voz de Eric y las atronadoras guitarras, con una sección rítmica sólida y unas letras muy poéticas.
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photos by Oriol Cárceles – @piratallucifer