Un año más el veterano festival clausura los festivales de verano con un excelente cartel repleto de propuestas interesantes del indie nacional
El pasado sábado teníamos una cita ineludible en el calendario anual de la emisora, la vigésimo primera edición del Festival de Música Independiente de Zaragoza, el fiz. Como cada curso radiofónico la cita era en la Sala Multiusos del Auditorio de Zaragoza y tenía un cartel granado como siempre.
El festival comenzó con una introducción misteriosa que creó anticipación en el público presente. El escenario estaba bañado en luces azules y violetas, lo que añadió un toque etéreo al ambiente. Elem hizo su entrada triunfal, envuelta en un traje brillante que reflejaba la luz de las luces del escenario, lo que le dio un aspecto verdaderamente celestial.

La primera canción que interpretó fue «Última Superviviente», una canción que atrapó de inmediato la atención de la audiencia con su ritmo pulsante. Elem se movía por el escenario, interactuando con su banda y conectando con el público a través de su carisma natural.

A medida que el breve pero intenso concierto avanzaba, Elem continuó deleitando a la audiencia con canciones del EP – producido por Manuel Cabezalí – «El Planeta de Cristal». Temas como el que da título al álbum «El Planeta de Cristal» y los dos útimos singles «Guárdate el Drama» y «No Pido Permiso» resonaron en el corazón de los espectadores, quienes se dejaron llevar por la energía y reivindicativo feminismo de la artista local. La mezcla de sintetizadores y percusión junto a la guitarra etérea y espacial creó un sonido envolvente que transportó a todos a un mundo de ensueño.







El concierto de Elem en el FIZ de Zaragoza fue una muestra de su talento y carisma como artista. Su música electropop con toques de synthwave y música de baile resonó en el corazón de todos los presentes, dejando el pabellón a la temperatura adecuada – y no hablamos del calor que hacía – para las siguientes en actuar, Ginebras.

Tras un juego de luces entre la montaña rusa – que preside escenario y también portada del último disco – y la sintonía de presentación, la banda apareció en escena con una energía arrolladora, liderada por su vocalista y frontwoman, Magüi, dejando atónito al público – de todas las edades – que llenaba el pavellón.
Efectivamente, Ginebras tiene esta capacidad de conquistar a fans de todas las edades con su estilo fresco y letras llenas de actitud, consiguiendo que el público baile y coree cada una de sus canciones, desde el inicial «Alex Turner» hasta la final «La Típica Canción».
El concierto continuó – tras «Alex Turner» y «Billie Max» – con una explosión de energía con la interpretación de «Cosas Moradas», mostrando una química impresionante en el escenario, con el juego entre guitarras y la sección rítmica que mantenía a todos moviéndose al ritmo de la música.








La comunión con el público era máxima y eso emocionaba a Magüi y empujaba a Sandra, Raquel y Juls – quien celebraba su onomástica – a continuar enloqueciéndolo con «Con Altura» – versión que mejora el tema de Rosalía -, «Chico Pum», «En Bolas» y «Desastre de Persona» demostrando que saben juntar el pop, el indie y letras autobiográficas llenas de rollito y humor.
El pequeño momento íntimo de «Muchas Gracias por Venir» dio paso a «Ansiedad» con dedicatoria especial a alguien de las primeras filas, «Rapapá» demostró que no solo de pop viven y finiquitaron el concierto con la anteriormente citadad «La Típica Canción». Así pues Ginebras dejó su huella en el festival y demostró por qué son una de las bandas más frescas de la escena indie actual.

Y si Ginebras son jóvenes y frescas, Sidonie son veteranos y consolidados en una escena indie, en la que son aptos para todos los públicos. No nos cansamos nunca de un concierto suyo, y sus dos recientes avances de nuevo larga duración que son «CEDÉ» y «No Salgo Más» auguran otra exitosa gira de Marc, Axel y Jes.
Arrancaron su karaoke del sábado con «Fascinado» y no quitaron el pie del acelerador en ningún momento, ni tan sólo ante el reto que supone ejecutar en directo «Port Lligat». Se dejaron querer en «Nuestro Baile del Viernes» y nos sumieron en su mundo más lisérgico con «El Bosque» (nunca nos cansaremos de estos Sidonie psicodélicos y ácidos). No se olvidaron de «Te Quiero» o «En Mi Garganta» ni de una coreadísima «El Incendio», y nos recordaron que no son ni por asomo «El Peor Grupo del Mundo», recordando que lo que sucedía en la Sala Multiusos no era «Un Día de Mierda».








Y nos sorprendieron con»Maravilloso», con «CEDÉ» y el infeccioso powerpop de su última fechoría sónica: «No Salgo Más». Sidonie dieron otro concierto estupendo en que el público disfrutó muchísimo, como tantas otras veces con ellos, ya que por algo son un referente indispensable en nuestra escena finiquitando con un coreadísimo «Estáis Aquí».
La sala seguía llena hasta la bandera, rendida y dispuesta a cruzar el ecuador del festival con Carlos Sadness, quien puntual subía al escenario.

Comenzó con una melodía suave y una iluminación tenue que envolvía al artista en un halo de misterio. Carlos Sadness se mostraba en su máxima expresión, con su característica melena y su ukelele en mano. La primera canción que interpretó fue «Perreo Bonito» que inmediatamente puso a todos a bailar y cantar al unísono.
A lo largo de su actuación, Carlos Sadness nos hizo viajar a través de sus canciones, todas ellas cargadas de sentimientos y experiencias personales. Temas como «Chocolate y Nata» y «Kandinski» resonaron en el corazón de la audiencia, que coreaba cada palabra con pasión. La voz cálida y única del artista se mezclaba con los sonidos frescos del resto de instrumentos, creaba una atmósfera que era pura magia.




Pero no solo la música era protagonista en este concierto. Carlos Sadness también compartió anécdotas y reflexiones con su público, conectando de manera cercana y sincera. Habló sobre la importancia de vivir el presente y de disfrutar de las pequeñas cosas de la vida, un mensaje que resonó en todos los asistentes.
El punto culminante de la noche llegó cuando Carlos Sadness interpretó junto a Suu el tema «Aloha». El público se entregó por completo, saltando y bailando al ritmo de la música, creando un ambiente de celebración que invadía toda la sala.
El concierto de Carlos Sadness en el FIZ Festival de Zaragoza fue una experiencia inolvidable. La combinación de su música sincera y su carisma en el escenario creó una conexión especial entre el artista y su audiencia.

Y si por algo se caracteriza el fiz es la mezcolanza entre bandas emergentes con bandas asentadas en el panorama, incluso mainstream dentro del panorama independiente. Así pues este año podíamos disfrutar de un par de bandas que están consolidando su posición en el panorama indie nacional, la primera Ginebras y la segunda Cupido.
De la unión de un trapero como Pimp Flaco con una banda de bedroom-pop psicodélico como Solo Astra se consolida Cupido, propuesta más que interesante pues han transformado estas dos tendencias en algo propio gracias a su desprejuiciada visión del pop más melódico y romántico.

Cupido comenzó su actuación con una introducción enérgica que inmediatamente atrapó la atención de la audiencia. El escenario se iluminó con luces de neón y una estética que evocaba los vibrantes años 80. La banda, hizo su entrada triunfal, desencadenando el entusiasmo de la multitud con «Se apagó» y «Galaxia».
La audiencia, compuesta por jóvenes y no tan jóvenes se identificaron con la sinceridad y el desenfado de Cupido, entregándose de lleno a la banda. La fusión de ritmos latinos, pop, y elementos de rap creó una atmósfera festiva y bailable con temas como «Sobredosis de Amor», «Autoestima» y «Milhouse».

El concierto culminó con la interpretación de «No Sabes Mentir» y «Tu Foto» pura energía y autenticidad. La banda supo combinar la frescura de su música con la sinceridad de sus letras, creando una conexión genuina con su audiencia. Cupido demostró por qué son una de las propuestas más emocionantes del panorama musical español actual y dejaron a todos con ganas de más.
Y finalizaba esta edición con Alizzz – quien también está finalizando su gira – con su estilo único y su capacidad para fusionar géneros musicales, prometía una noche llena de música pop mezclada con electrónica.

Desde el primer compás de «Siempre Igual», Alizzz estableció un ritmo vertiginoso que mantuvo a la audiencia en movimiento constante. Su mezcla de beats electrónicos y sintetizadores continuó con el pop ligero de «Superficial» y «Fatal». Nos sorprendió con una versión de «Antes de Morirme» originalmente interpretada por Rosalía y C. Tangana.








La actuación de Alizzz en el fiz fue un testimonio de su habilidad como artista y productor musical. Logró transportar a la audiencia a un viaje sonoro emocionante y multifacético que dejó a todos con ganas de más. Su actuación fue una muestra de la versatilidad y la creatividad que la electrónica moderna puede ofrecer,
Así pues un año más debemos agradecer a la organización el poder disfrutar de un festival con el cartel repleto de lo mejor del indie español actual y poderlo narrar en forma de crónica y fotos. ¡¡Hasta el fiz que viene!!
crónica @ipopfmradio
fotos Oriol Cárceles – @piratallucifer