Y después de un frenético viernes y un intenso sábado al mediodía, llegaba el turno de finiquitar por todo lo alto la edición de este año del Polifonik Sound, desplazando la acción musical al recinto ferial de Barbastro.
Tal y como ya hemos desgranado en anteriores crónicas, si algo caracteriza al Polifonik Sound es poder descubrir bandas y también disfrutar de aquellas que ya tienen solera o son habituales en el circuito de festivales de verano. Y, así pues, tocaba descubrir en directo a Lady Banana y Jordana B. en el Escenario Laus.






Las primeras en subir al escenario fueron las zaragozanas Lady Banana, un power-dúo formado por Nerea Bueno a la voz y guitarra y Alba Villarig a la batería y coros, con trabajo editado «Bipolar» (Subterfuge Records, 2022) quiénes hicieron rugir sus instrumentos desde el primer acorde del tema que da nombre al trabajo, Bipolar que sonó bajo el sol abrasador frente a un gran número de asistentes. Quedé sorprendido por ese sonido crudo, contundente y bien empacado que irradiaba a RATM o Royal Blood con mucha actitud punk. Continuaron con My Shadow Follows y Haircut – de su primer EP «Busking Problems», editado en 2017 en Clifford Records -, con excelentes sensaciones que perduraron durante todo el concierto.







No se olvidaron de repartir zapatilla, pues sonaron Blackout, Son o Molly Malone. Y finalizaron – con nota -, con Overflow, dejando el pabellón altísimo y demostrando que el Polifonik sirve para descubrir bandazas.
Tras el riguroso cambio de backline y aun con el fantástico sabor de boca de las zaragozanas, le llegaba el turno a su compañera de sello, Jordana B. Era otra de las bandas que teníamos ganas de degustar en directo, pues algún tema ya nos había sorprendido agradablemente.











Así pues, María Solá Oteyza, nombre real de la frontwoman de Jordana B, apareció acompañada de la banda – guitarra nuevo incluido – para presentar en sociedad «Tú y cuántos más» (Subterfuge Records, 2022), repleto de canciones pegadizas y pegajosas en un directo gamberro y descarado. Once temas que arrancaba con Verano en Madrid y continuaba con Club de Fans. Y de lucha feminista – con discurso previo incluido – y sus traiciones que es Mala Feminista para juntarlo con Cumbia B. El público que llenaba la pista del escenario Laus estaba rendido a los pies de la fiesta sonora que planteaba la banda y tras el solo de Mónica continuaron desgranando la tragicomedia generacional que habla de sexo, humor y precariedad, o el desamor de Mi Querido Amado Odio o Leandro Tudela – tema que editaron con Marta Movidas -. Sorprendieron con la versión de los Punsetes: Persona Sospechosa, y continuaron con una revisión del tema que cumple casi treinta años de los británicos Pulp, si … Gente Común o Common People y los guiños a la ciudad natal de María, Buenos Aires, en la canción Clase Media.
En resumidas cuentas, un concierto apto para boomers, pero recomendado a la generación millenial y que traspasaba la acción al escenario principal del festival, con Besmaya.













El dúo Besmaya itinerante entre Barcelona y Madrid formado por dos amigos con mismo nombre, presentaba su último trabajo homónimo, «Besmaya» (Sony, 2022) repleto de pop. Y no sólo su trabajo de cinco temas, pues no se olvidaron de Tu Carita y Gas ambos editados en el presente 2023. No podemos añadir nada más al calificativo pop, quizás desenfadado y fresco ejecutado perfectamente por Javi Echávarri y Javi Ochanguren quien demuestran que desde que son pequeños se conocen perfectamente.
La actividad volvió al escenario Laus para clausurarlo en esta edición con Siloé, trío formado por el vocalista y cantautor Fito Robles, el guitarrista y productor Xavi Road y el batería Jaco Betanzos. Este trío de Valladolid ha ido evolucionando y mezclando la canción de autor folk y el pop/rock con la electrónica más bailable y fué completamente honesto con dicha autodefinición en directo, repasando la trayectoria que se inició con su primer álbum «La verdad» (Mushroom Pillow, 2016) y que actualmente les ha llevado a editar Esa Estrella este 2023. Un auténtico broche de oro y que sació nuestra sed de descubrir nuevas propuestas que se podrían catalogar como emergentes y volvía la acción del tramo final del festival al escenario grande.
Acabamos de citar la palabra emergente, quizás con cierta frivolidad pues dos de las tres bandas que se encargaban de poner frenético ritmo musical, justo acaban de encumbrarse en los carteles de los festivales con un álbum de debut más que destacable o un single que «la ha petado en …» (poner el nombre de la famosa app musical y que tan poco devuelve monetariamente a los músicos), efectivamente hablamos de Ginebras y Karavana con el permiso de Second quién se colaba entremedio para poner punto y final a su carrera.
Las primeras, Ginebras quien ha superado la pantalla de darse a conocer con la enorme versión de Con Altura de Rosalía y los segundos, Karavana y su hit Strokes. Aprovecharemos este inciso para lanzar la pregunta: ¿Es necesario para el panorama indie nacional en tener que versionar imperativamente algún tema de reggaeton para tener impacto? Es para un amigo.








Después de la pregunta, nos centraremos en el concierto de Ginebras, cuyo titular sería fiesta, fiesta, y más fiesta, con confeti. Pop sin complejo alguno. Así pues las canciones con mensaje apto para todos los públicos – pero preferentemente el más jóven del festival – sonaron Álex Turner, En Bolas, Con Altura, Lunes Negro, Omeprazol, Chico Punk, y también entendimos el por qué de una aparentemente improvisada montaña rusa de luces que daba mucho juego – y sirvió para el tema Ansiedad -, y acabaron con un combo imbatible formado por Desastre de Persona y La Típica Canción. Acabé lleno de confeti y con la extraña de sensación de haber visto como un grupo que hace poco era desconocido ahora encabezaba – con mensaje necesariamente reivindicativo – los carteles de los festis más importantes del panorama, o sea mainstream.
Y de la alegría contagiosa de Ginebras a la tristeza de ver como se despedían Second, una banda que ha crecido junto al Polifonik Sound siendo referencial en el indie pop nacional. Así pues los murcianos Sean Frutos, los hermanos Jorge y Fran Guirao, junto a Nando Robles presentaban nuevo y último trabajo: «Flores Imposibles» que editan de forma independiente cerrando el círculo y con producción de Manuel Cabezalí y Víctor Cabezuelo. Toda la leña en el fuego cuando sonó 2502 justo arrancar el concierto creando una catársis iniciática con el público menos adolescente que el anterior presente en la pista del escenario grande. Y tras el hit, una retaíla de temas que repasan su dilatada trayectoria: Mira a la gente, Nivel Inexperto, Muérdeme y Rodamos.











El público, sin ánimo de repetirme, estaba rendido y complacido pues la cadencia de las pulsiones rítmicas no bajaba, y no se rompía la mágia con la banda. Mágia, que no se rompió ni con su último tema, que sirvió para despedirse y emplazarse a un último triple concierto en su Múrcia natal que pondrá punto y final.
Y antes de finalizar el festival con la sesión del inigualable David Van Bylen – quién fuera artífice de los añorados Estereotypo -, le tocaba el turno a otros noveles que copan los festivales: Karavana.







Los conocí cuando sacaron Strokes y fue un flechazo instantáneo. Comenté en un programa que dirigia y presentaba, que era un hitazo. Tenía la sensación de haber descubierto un grupo antes de que lo petara, y así fue. Pese a que la banda nunca interactuó conmigo, siempre han estado allí. El disco «Muertos en la disco» – en vinilo of course – es de los que tengo gastado de escuchar y en la mesita de noche, pues su frescura y contundencia es más que evidente y pese a que tengan ese regusto a los anteriormente citados Strokes – para nada dañino a la salud auricular -, son de lo más gratificante y fresco del panorama nacional emergente. Trece temas y trece zapatillazos – y con eso podría concluir la crónica -, incluido Resaca Pop y una concesión a versionar un tema de reggaeton: Tití me preguntó de Bad Bunny (para el disfrute de Ginebras que estaban a su lado en el backline del escenario). Después de Tanto, Hoy y finiquitar con inmenso pogo pop con Madrid, Qué Putada y – como no – Strokes.
Sudor y satisfacción para concluir con nota altísima otra edición más del Polifonik, un festival que convence y que merece la pena que no te pierdas, pues tiene alma, corazón y sobretodo cariño por la música.
crónica by @ipopfmradio
photos by @vio.camara & Oriol Cárceles – @piratallucifer